«La pintura intumescente es un sistema de protección pasiva contra los incendios. Esto significa que, aunque no ayudan a extinguir el fuego, sí reducen la magnitud de los daños y evitan desgracias personales. Al entrar en contacto con el fuego, esta pintura se hincha y se carboniza, formando una barrera aislante que protege la estructura. Se aplica principalmente sobre diversos elementos estructurales para protegerlos del calor en caso de incendio y prolongar el tiempo disponible para la huida de las personas».
Es inmediato. La idea me atraviesa de pies a cabeza.
Nunca me hubiera definido así, pero sí. Soy una persona intumescente. Una madre intumescente. Una esposa intumescente. Una amiga intumescente. Una mujer intumescente.
No sé cómo lo hago ni de dónde saco las fuerzas, pero consigo evitar muchos fuegos. Dicen que soy conciliadora, dicen que soy pacificadora, dicen que soy apaciguadora. Yo digo que soy imbécil. Porque, como esa pintura que protege de forma pasiva hinchándose y carbonizándose, yo también me acabo quemando. Luego me sofoco a mí misma, neutralizo mis propios daños, me digo que es por un bien mayor. Por el bien de los míos, que acaba redundando en mi propio bien.
Soluciono problemas, unas veces callo cosas que sé, otras las modifico o las suavizo para que el impacto sea menor; me pongo en el medio, intercedo; me trago problemas, es lo mejor para todo el mundo; evito el conflicto, no trae más que problemas. Soy la pacificadora. Todos me estiman, todos reconocen en mí esta cualidad. Todos me quieren por eso.
Intumescente.
La palabra me rebota en la cabeza como una pelota de pimpón. Protección pasiva… Reduce daños… Se hincha y se carboniza…
Veo la imagen. Me veo a mí misma. Y, justo en este instante, solo pienso que me gustaría ser altamente inflamable.
Tengo el convencimiento de que literariamente es una persona con una elevada carga térmica. Para que se active su combustión, además de la materia, que la tiene en abundancia, es necesario el oxígeno vital y alcanzar la suficiente temperatura y ambición para sobrepasar el punto de ignición. El termostato indica
que está muy cerca.