La fotografía de Jun Michael Park
En estos tiempos que vivimos, me da por pensar en algunas cosas, imagino que como a muchos de vosotros.
Hay gente que quiere volver a lo de antes, aunque ya se sabe que lo de antes (fuera eso lo que fuera) no va a volver. Al menos, de la misma manera.
Hay gente que no quiere volver a lo de antes, pero no sabe lo que está por venir o ignora cómo quiere que sean las cosas de ahora en adelante.
Entre medias, hay un espacio ancho donde muchos, simplemente, observamos y buscamos el mejor acomodo posible.
Muchas de las construcciones y los modelos que como sociedad hemos levantado no significan mucho hoy día. Y lucen como esas edificaciones del fondo de la imagen, un poco desfasadas, como si estuvieran fuera de lugar.
Lo antiguo (entendiendo por “antiguo” lo más ancestral) permanece y sobrevive a duras penas, aunque hay quienes abogan por retornar a la autenticidad de lo simple, lo que no necesita de tanta alharaca.
Pero sucede que “eso” antiguo no halla su sitio fácilmente hoy día. Y, como el señor y el camello engalanado, aparecen como algo extemporáneo, al igual que las torres del fondo.
Entre lo rural y lo urbano, entre lo viejo y lo nuevo, entre la arena y el acero, entre el camello y el rascacielos… hay un tiempo y un espacio nuevos que muchos nos preguntamos cómo y con qué vamos a llenar.
Yo, de momento, hago como el hombre de la imagen: descalzarme y observar.
parece una buena medida: pasear descalzos por la arena… ¡qué sabia te has hecho, pequeña saltamontes!