El mundo era tan grande y a la vez tan pequeño
que en unas ocasiones no sabía por dónde empezar a buscarse
y en otras se daba de bruces una y otra vez consigo mismo.
Lo bueno de las medidas, de los límites, es esto:
que se estiran como una goma o
se encogen como los jerséis en la secadora.
Y a veces (solo a veces),
los contornos desaparecen o se diluyen en una neblina mágica
que, cuando se evapora,
ofrece un precioso y vibrante vacío
tan lleno de vida…
Todas las posibilidades ahí, bailando.
Y entonces solo se me ocurre pensar:
«¿Y si estiro la mano y cojo una?».
Image Credit: NASA/SOFIA; NASA/JPL-Caltech/Roma Tre Univ
Completamente invisible, pero increíblemente influyente.
Según una nueva investigación de SOFIA (observatorio aéreo que estudia el universo en un espectro infrarrojo) las galaxias espirales como la Vía Láctea están formadas por campos magnéticos. Estos campos magnéticos son invisibles para el ojo humano.
Sin embargo, al combinar imágenes captadas por el telescopio espacial Hubble de la NASA, los campos magnéticos se hacen evidentes. En esta imagen, los científicos midieron los campos magnéticos a lo largo de los brazos espirales de la galaxia llamados NGC 1068. Los campos se muestran como líneas de corriente que siguen de cerca los brazos circulares.
¡FELIZ AÑO 2020!
¡A estirar la mano en este año por venir!
… y a seguir leyéndote, polvo magnetizado y enamorado