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Casa

Paradoja

La casa de campo que habíamos alquilado para las vacaciones estaba bien en general y mal en particular. El sofá, por ejemplo, era cómodo, pero olía a otros. La habitación tenía buena pinta. Disponía de una gran cama y una mesa escritorio de color blanco envejecido con una pequeña lámpara a conjunto con las de las mesillas y unas cortinas blancas y vaporosas. Una lámina de unas amapolas daba color a la estancia que también olía a otros, aunque menos, tal vez por el ambientador a lavanda que descubrí en una esquina. Cuando llegamos, la ventana estaba cerrada y la persiana subida y enseguida pensé que debería haber sido al revés: la ventana abierta y la persiana bajad para que no entraran mosquitos, pero de alguna manera se refrigerara, aunque fuera hacía bastante calor. Yo tenía una imagen clara de… Leer más »Paradoja

Guerra y paz

Llegué a casa de la abuela a las cuatro de la tarde. La ceremonia no iba a celebrarse hasta un rato después, pero yo había querido ir un poco antes para estar de nuevo sola en aquella casa donde me iba reconociendo en cada estancia, en cada esquina. Me la sabía de memoria y, sin embargo, ahora me parecía extraña, como si hubiera encogido al mismo ritmo que había hecho ella, sobre todo en los últimos meses, desde que ingresó en la residencia. La despedida pretendía ser algo emotivo pero alegre, aunque yo sabía que la muerte termina entristeciendo y que todos íbamos a acabar llorando. Me dirigí a la cocina, en la que tantos días de verano la abuela Roge nos había dado de comer a los nietos. Antes de entrar me apoyé en el quicio de la puerta… Leer más »Guerra y paz

Aire nuevo

A Elvira no le gustan los hospitales. Los detesta. Odia su olor, sus ruidos, su calor excesivo, reconcentrado, sin ventilar. Ella, que lo primero que hace cuando se levanta es abrir bien las ventanas para que entre el aire, sea el que sea. Carmen, su vecina, dice que es aire contaminado, que el aire de la ciudad está sucio, que lo ha oído en la radio, pero a Elvira le da igual, es aire, al fin y al cabo. Entra por las ventanas y quita el olor a viejo. Su propio olor, el de Manuel, el de los muebles, el del parqué desgastado. Todo está viejo en la casa. El aire rancio vuelve por la tarde y se acentúa por la noche, por eso por la mañana lo primero que hace es abrir. Le ha preguntado a Manuel si ventila… Leer más »Aire nuevo