En los días raros
En los días raros, la vida se pone las zapatillas de lana y se desliza silenciosa, uno siente que sucede algo extraño… y empiezan a pasar muchas cosas. El silencio, por ejemplo, se despereza, abre los brazos para estirarse a gusto y, de hecho, se estira tanto que uno no está acostumbrado y necesita a toda costa oír algo. Es más fácil oír que escuchar. Escuchar el silencio de fuera y el propio silencio no es apto para todo el mundo, parece, porque cuando se hace el silencio en las calles, en las casas, en las habitaciones y en las mentes surgen un montón de voces que no son sino nuestra propia voz, tan clara que hay que pararse y sentarse un rato porque lo que dice a veces no gusta. Y, entonces, en los días raros, sucede que todo… Leer más »En los días raros