Detrás de la palabra: personajes
Los personajes de las historias que escribo son seres peculiares. A muchos los conozco, sé de qué están hechos. Me resultan familiares sus gustos, sus manías, sus miedos, sus anhelos, sé cómo les gusta el café o si son más de playa o de montaña… Es un decir. Los miro y los reconozco. Se presentan ante mí como alguien conocido o con quien tengo confianza. No son exactamente amigos, pero casi. Con ellos me siento cómoda, digamos que los manejo a mi gusto. Lo malo (o lo bueno, más bien lo bueno) es cuando aparecen personajes díscolos. Esos que hacen lo que les da la gana. No sé muy bien de dónde salen ni lo que pretenden. Sus acciones me dejan sorprendida, patidifusa; intento controlarlos, domarlos a fuerza de teclado, pero no sirve de nada. Son seres libres, indómitos,… Leer más »Detrás de la palabra: personajes