La sombra
Un día, mientras la miraba fijamente, me di cuenta de que no me gustaba mi sombra. Y no me gustaba porque era como si no me correspondiera, como si fuera de otro y hubiera decidido abandonar a su dueño y pegarse a mí, no sé muy bien con qué finalidad, quizá para confundirme, quizá para llamar mi atención sobre algún aspecto que yo ignoraba en esos momentos. Estaba ahí, de pie, en medio de la acera, y la observé con detenimiento. Mi yo de la sombra era más bajo y más gordo y el perfil no encajaba. Me moví hacia los lados para ver si cambiando mi posición y la manera en que el sol incidía sobre mí la sombra cambiaba, pero apenas se inmutó. Esta es otra de las cosas que me hizo sospechar: era una sombra apenas alterable,… Leer más »La sombra