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Nada

Detrás de la palabra: Nada

Hacer nada es, en sí, una contradicción. No se puede «hacer nada». Incluso cuando creemos que estamos haciendo nada estamos haciendo algo. Puede ser estar tumbado en el sofá, sin la tele, con el móvil apagado y las persianas bajadas. Uno cree estar haciendo nada, pero de momento está permitiendo que su espalda repose cómodamente en el sofá. Quizá está mirando hacia el techo. Tal vez tenga los ojos cerrados, pero estará respirando, tragando y, sobre todo, pensando. Los pensamientos no paran, son inevitables. Nuestro cerebro siempre está «haciendo». Pero, sin ser tan meticulosos y aludiendo a lo que comúnmente entendemos por «no hacer nada», está claro que la cosa no es fácil para muchos. Solo hay que probar, simplemente, a sentarse en un banco de un parque sin ninguna distracción (sin libro, sin móvil, sin pan para los pájaros…)… Leer más »Detrás de la palabra: Nada

Dos sujetos extraños

Cuando uno se acostumbra a una rutina, enseguida se da cuenta de cuando algo cambia. El otro día, no fue solo una cosa, sino dos. Estaba en el metro en la hora punta, pero me pude sentar, es lo bueno del comienzo de línea. Todo estaba en orden. Los hombres y las mujeres que a las ocho y cuarto de la mañana coincidimos para ir al trabajo (lo que no quiere decir, ni mucho menos, que nos saludemos o nos demos por enterados) teníamos nuestros móviles en la mano. No afanábamos, como todos los días, por escribir mensajes, echar un vistazo a las redes y ver vídeos. No faltaba el chico que lo hacía sin auriculares, pero en todo ese tiempo nadie le había dicho nada ni le había llamado la atención, porque en realidad no nos molestaba. Todos adoptábamos… Leer más »Dos sujetos extraños

Inacción

Me había quedado en paro. Pasados unos meses de inquietud y de búsqueda incesante de trabajo, decidí bajar el ritmo y gastar en mí mismo el dinero de la cuenta destinado a los estudios de mis hijos. Lo cuento a sabiendas de suena mal o de que muchos puedan pensar que es un acto deplorable. Pero, por un lado, confiaba en poder reintegrarlo y, por otro lado, mis hijos no parecían muy interesados en verme desde que su madre y yo nos habíamos separado, ni tenían pinta de querer estudiar nada. Mi vida, durante los últimos años, ha sido muy errática. He saltado de un trabajo a otro sin que realmente ninguno se me diera del todo bien. Me formé como jardinero y me especialicé en podas, pero solo porque un compañero me animó a ello con el fin de… Leer más »Inacción