Detrás de la palabra: Nada
Hacer nada es, en sí, una contradicción. No se puede «hacer nada». Incluso cuando creemos que estamos haciendo nada estamos haciendo algo. Puede ser estar tumbado en el sofá, sin la tele, con el móvil apagado y las persianas bajadas. Uno cree estar haciendo nada, pero de momento está permitiendo que su espalda repose cómodamente en el sofá. Quizá está mirando hacia el techo. Tal vez tenga los ojos cerrados, pero estará respirando, tragando y, sobre todo, pensando. Los pensamientos no paran, son inevitables. Nuestro cerebro siempre está «haciendo». Pero, sin ser tan meticulosos y aludiendo a lo que comúnmente entendemos por «no hacer nada», está claro que la cosa no es fácil para muchos. Solo hay que probar, simplemente, a sentarse en un banco de un parque sin ninguna distracción (sin libro, sin móvil, sin pan para los pájaros…)… Leer más »Detrás de la palabra: Nada