Paradoja
La casa de campo que habíamos alquilado para las vacaciones estaba bien en general y mal en particular. El sofá, por ejemplo, era cómodo, pero olía a otros. La habitación tenía buena pinta. Disponía de una gran cama y una mesa escritorio de color blanco envejecido con una pequeña lámpara a conjunto con las de las mesillas y unas cortinas blancas y vaporosas. Una lámina de unas amapolas daba color a la estancia que también olía a otros, aunque menos, tal vez por el ambientador a lavanda que descubrí en una esquina. Cuando llegamos, la ventana estaba cerrada y la persiana subida y enseguida pensé que debería haber sido al revés: la ventana abierta y la persiana bajad para que no entraran mosquitos, pero de alguna manera se refrigerara, aunque fuera hacía bastante calor. Yo tenía una imagen clara de… Leer más »Paradoja