El vaso
La mujer y el hombre compartían el vaso. Era un vaso de cristal transparente que hacía unas ondas no muy pronunciadas que resultaban muy agradables al tacto. La mujer y el hombre no se percataban de la suavidad de las ondas, pero les gustaba el vaso porque formaba parte de un juego de dos que les habían regalado cuando abrieron el nuevo supermercado debajo de su casa. El otro vaso se había roto hacía ya unos meses cuando se le cayó al hombre de la encimera. En ese momento, los dos se quedaron mirando los cristales en el suelo como quien observa a un pájaro muerto. Recogieron con cierta solemnidad los trozos sin mirarse a los ojos y los envolvieron en una mortaja de papel de periódico antes de tirarlos a la basura. No fue un acuerdo tácito. El hombre… Leer más »El vaso